A partir de 2025, una nueva medida fiscal ofrecerá alivio económico a trabajadores en Estados Unidos que dependen de las propinas en efectivo. Esta política, firmada por el presidente Donald Trump, permitirá deducir hasta USD 25,000 anuales en «propinas calificadas» y se aplicará a quienes ganen menos de USD 160,000 al año. La exención estará vigente hasta 2028 y busca beneficiar a los empleados de sectores como la restauración y la hospitalidad, donde el efectivo representa una parte significativa de los ingresos.
¿Quiénes se beneficiarán?
Para calificar, los trabajadores deben reportar sus propinas en efectivo al empleador. La deducción cubre hasta USD 25,000 al año, libres de los impuestos federales sobre la renta. Sin embargo, no será aplicable a propinas electrónicas o a salarios que excedan el límite anual, ni se extenderá a impuestos de nómina como Seguro Social y Medicare. El Departamento del Tesoro detallará las ocupaciones específicas que se beneficiarán de esta política.
Un impacto temporal con costos
La medida caduca en 2028, y se prevé un aumento en el déficit federal de aproximadamente USD 40,000 millones durante estos años debido a esta reforma fiscal. Este cambio busca mitigar las cargas fiscales de quienes dependen primordialmente de las propinas para su sustento.
¿Cuál es tu opinión sobre esta exención fiscal? ¿Consideras que proporciona un alivio sustancial a los trabajadores que dependen de las propinas?